miércoles, 20 de febrero de 2013

Justicia social y desarrollo en América Latina


Trataremos de realizar una reseña crítica sobre "Reflexiones sobre justicia social y desarrollo alternativo en América Latina. ¿Desarrollo local, desarrollo sostenible y/o Ecosocialismo?", un interesante artículo documentado ampliamente y basado en la vivencia in situ, que tras su lectura, sus autores Carlos Ferrás Sexto y Xoán M. Paredes  parecen invitarnos a reflexionar sobre unas cuestiones aparentemente sencillas, como son la justicia y el desarrollo,  pero de enorme complejidad. Nos introducen en la realidad de Latino-América, muy diferente a la europea, con enormes desigualdades sociales y desequilibrios territoriales, que en la mayor parte tiende en esa "transición hacia una sociedad urbano-industrial madura" 

Por un lado, resumen los grandes problemas estructurales que afecta a esta zona del continente. La concentración política, industrial y de servicios en pocas ciudades, que normalmente coinciden con las capitales y que han provocado grandes diferencias territoriales entre la capital y regiones adyacentes, y el resto de la nación en cuanto a equipamiento e infraestructuras. Socialmente provoca una división entre ciudades y campo, pero también dentro de las ciudades; la falta de oportunidades por las limitaciones educativas, el paro, subempleo, etc., conduce a la exclusión y la marginalidad, creando una bolsa que alcanza el 60 % de la población,  fácilmente manipulable por los caciques, que crean una "red de favores" desde lo local hasta llegar al propio gobierno; ese clima de corrupción, inseguridad y crímenes provocan aversión a la inversión en el territorio. Ni siquiera existe una autosuficiencia agraria que pueda satisfacer las necesidades alimenticias básicas necesitando recurrir a la importación, pues su agricultura tiene una orientación industrial exportadora. Para los indígenas, los problemas se agudizan. No comparto que la falta de recursos impida la universalización del servicio de salud y de la educación, pues el gasto militar tiene un porcentaje importante en los presupuestos públicos; bien podrían imitar a Costa Rica.

 La preocupación por dar solución a estas disparidades sociales, regionales, económicas que provocan injusticias y con grandes bolsas de exclusión, han dado paso a la formulaciones de nuevos modelos de desarrollo; pero también sabemos que los modelos difieren en resultados de un lugar a otro, por lo que, elegir entre Desarrollo Local, Desarrollo Sostenible o Ecosocialismo se torna más difícil. Invito al lector a leer el artículo original en el enlace si desconoce en qué consisten, qué persiguen y como quieren lograrlo. De todas formas le adelanto que la elección entre unos u otro, tendrá diferentes interacciones sociales, económicas y medioambientales. También el tratamiento de la redistribución de las rentas, la justicia, la creación de una clase media dinamizadora de la economía en el rural y en las ciudades, y el desarrollo personal y económico se verán afectados en esta elección.

Los autores parecen decantarse en una línea argumental sólida y documentada hacia el Ecosocialismo, pero criticando a éste las limitaciones y el error que sería la no incorporación a este modelo del progreso científico-técnico. Estoy de acuerdo que el Ecosocialismo podría ser el mejor para Latinoamérica, pero creo que todavía no está preparada, pues los postulados que proponen van en contra de la clase dominante, de las Instituciones y estructuras. Lo que a nosotros, europeos nos parece racional y aceptable, a sus clases dominantes les parecerá otro ideario comunista, contra el que hay que luchar para mantener el statu-quo. Postulado erróneo, pues la abundancia de una clase media, una mayor educación, igualdad social, justicia, fomento de la iniciativa y la innovación podrían suponer una explosión de desarrollo, mayor seguridad para inversores extranjeros y del que se acabarán beneficiando también esas élites, pero habrá una mayor distribución y reparto del beneficio a la sociedad.

También, podría ocurrir que el éxito inicial del modelo ecosocialista - por las limitaciones medioambientales, etc. - acabe convirtiéndose una vez engranada sus economías en un modelo liberal, orientado hacia el mercado y que frene el reto de disminuir las desigualdades y suponga un perjuicio medioambiental serio. Además podríamos criticar de los modelos, su visión occidental de los problemas y la salida al atraso, la creencia que la iniciativa y los recursos financieros necesarios surgen de la nada. Otra reflexión es, cómo Europa podría criticar, que si Latinoamérica fuese una “nueva China” con crecimientos medios anuales en décadas de dos dígitos y dañasen de forma controlada parte de su naturaleza y el entorno para beneficiarse de esa senda y favorecer el desarrollo social a costa de un perjuicio medioambiental, ¿acaso el resto del mundo no ha seguido la misma política ?.
Otra cuestión interesante es el de los pueblos indígenas, pues su forma de vida, necesidades y tradiciones, concepto de riqueza, de la propiedad, son muy diferentes a los nuestros, lo que para nosotros puede ser pobreza para ellos es felicidad, ¿ se puede ser feliz siendo pobre ?.



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