martes, 21 de mayo de 2013

LA ECONOMIA DEL HIDROGENO, LA GRIPE AVIAR Y DEVOLVER LA LIBERTAD A IRAK.






Por mucho que lo intente no comparto las ideas y pensamientos planteadas por Rifkin en la “La Economía del hidrógeno”. Estamos a décadas de que “el agua sea el carbón del futuro”, y a años luz de la creación de una “red energética mundial” tal como lo argumentó en su escrito, de ahí a que además vaya a suponer la redistribución del poder en la tierra es como recorrer el espacio- tiempo que nos separa del Big Bang.



 El hidrógeno es un vehículo de energía, es una forma secundaria, debe producirse pues no lo encontramos en la naturaleza de forma que sea aprovechable sin una transformación y ésta debe compensar el coste de su obtención.
·         Se puede obtener del gas natural o de otros hidrocarburos, ¿qué pasará cuando se agoten?
·    Por medio de electrolisis, es decir utilizar electricidad para descomponer el agua en átomos de hidrogeno y oxígeno, el coste de oportunidad todavía tiene  vigencia.
·         Las pilas de combustible o cómo invertir  el proceso de electrolisis;  sumamos ahora al anterior el coste de desandar el camino, pagando el peaje de las pérdidas de energía por transformación y almacenamiento, además de la costosísima fabricación mediante el uso de unos metales nobles escasos (platino, paladio, oro y reutenio).

En los último años oportunistas económicos falsamente preocupados por el medio ambiente y el calentamiento global, que se dedican a viajar en aviones privados y llenar y caldear piscinas casi olímpicas para uso familiar han conseguido de los gobiernos (es decir de las personas que pagan impuestos) ingentes sumas de dinero en investigaciones que favorecen a unos grupos económicos, pero que su fruto no verá nunca la luz. Si Europa y Estados Unidos, Rusia o China confiasen en esta línea de investigación no deberían iniciar guerras o firmar contratos para seguir asegurándose los hidrocarburos. 

Estas ideas nacen en contextos económicos que sacuden a las sociedades y se aprovechan de ellas y por medio del miedo vender humo donde no hay fuego, es como la gripe aviar, la amenaza terrorista, la instalación de cámaras en todos lados, y mañana será el cuento que todos conocemos de ¡que viene el lobo¡. La cumbre de “sabios de Roma” ya profetizaba que antes del fin del milenio el petróleo se agotaría y  cada día se están a descubrir nuevos yacimientos. 

Rifkin llega a asociar a la economía del hidrógeno con la libertad de los pueblos, la justicia social, la prosperidad e igualdad; esto es lo mismo que proclamaban los Bush para liberar al pueblo de Irak de la falta de libertad y derechos humanos pero no para criticar a los manifestantes por la democracia de Tiannamen. La libertad e igualdad se alcanza por medio de la educación, cuanto más culta sea una sociedad más fácil le será progresar y dejar de votar a opciones que no favorecen a las sociedades en su conjunto y sí a unos pocos; también se alcanza por la justicia social y real y no por teóricos “todos somos iguales ante la ley”; por mejorar las oportunidades de los más desfavorecidos, etc.

En el supuesto que existiese ya esa tecnología del hidrógeno, no sería gratis, existirían patentes, derechos de cesión de tecnología, infraestructuras para su puesta en marcha y adaptación, etc. Serían precisos trabajadores altamente cualificados y personal de mantenimiento. Los países más pobres que cuentan con elevadas tasas de analfabetos y carecen de los recursos económicos para acceder a esta tecnología ¿van a hacer algo para implantarla y hacerla accesible?, ¿universalizándola?; ¿las empresas y gobiernos van a renunciar a los beneficios e impuestos que genera el petróleo?. Sería la sustitución de la tiranía del petróleo por la tiranía del hidrógeno, ( acordarse de las revoluciones de la primavera árabe, de las guerras civiles en África para la obtención por multinacionales rivales de diamante, coltan, oro, petróleo, etc.). Esto nos lleva a concluir también que es falso que “el costo de producir hidrógeno sería igual en cualquier parte”. Cómo va a generar una persona de la India, Mozambique o Perú electricidad en su garaje si carece de un techo, si lo primordial es satisfacer una necesidad tan vital como es comer al día siguiente.

Actualmente estamos asistiendo a la eliminación de las ayudas y subvenciones a las energías renovables, su razón de expandirse tan rápida y fuertemente no ha sido por nuestra conciencia ecológica y cuidado del medio ambiente, etc., lo ha sido porque era un negocio rentable si se subvencionaba. La electrolisis por medio de las renovables pierde fuelle.

No estoy en contra de la generación o búsqueda de alternativas al petróleo pero sí en contra de que se hagan mediante dinero público y manipulando a la sociedad a la búsqueda del Santo Grial de la energía; las multinacionales implicadas conocen perfectamente que si los hidrocarburos se agotan y descubren otra forma de sustituirlo los beneficios serías más que trillonarios, no necesitan otros incentivos.

Es curioso que en el Libro Blanco de la Unión Europea se incentive la movilidad (infraestructuras en transporte aéreo, trenes de alta velocidad, autovías de alta capacidad, con el enorme consumo energético y emisiones de CO2); vea como futurible medios de transporte particulares como los coches eléctricos (pilas de combustible, metales nobles, no reutilización, etc.); pero no se mencione caminar, usar bicicletas u otros dentro de las ciudades para recorrer escasas distancias.

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